Por: Enrique Oriolo
Domingo, 31 de mayo de 2015

El pecado nos miente, nos aparta de la verdad. Es importante comenzar entendiendo que la mentira del pecado no es una cosa extraña en la vida cotidiana de cada creyente, no es algo sobrenatural que le ocurre a personas que están apartadas de Dios o que no tienen comunión con Dios. Para nada, absolutamente todos los cristianos estamos siendo bombardeados por un arsenal de mentiras pecaminosas que nos quieren alejar de la verdad de Dios, confundir nuestro radar, y hacer que la dirección de nuestra brújula no sea la voluntad de Dios sino “algo más” que nos puede producir placer y satisfacción ahora mismo.

Satanás es el padre de la mentira

Alguien definió el pecado como escuchar una mentira, creer esa mentira y obedecer de acuerdo a ello. Es una buena definición a mi criterio, si miras el caso de Eva, ella escuchó la mentira de la serpiente, luego la creyó (que podía ser como Dios) y obedeció conforme a esa mentira tomando del fruto, dándole a Adán y rebelándose así contra Dios, cambiando la creación por toda la historia hasta el momento que Dios restituya cielo nuevo y tierra nueva (ver Gn. 3). Al parecer, comer de un fruto ¿parece algo inofensivo verdad? “En realidad ese fruto les daría un bien”, esa fue la mentira que Adán y Eva creyeron.

Es una mentira creer que:

• Uno puede vivir la vida cristiana sin depender de la oración.
• La mujer extraña puede producir mayor satisfacción a nuestra vida que la mujer de nuestra juventud.
• La pornografía puede darnos algo bueno.
• Gritarle a mi cónyuge o a mis hijos es mostrar la autoridad de la cabeza del hogar.
• Permitirme jugar con el pecado sexual en el noviazgo no es tan malo con tal de no “caer completamente”.
• Mentir ocasionalmente no es un pecado realmente.
• No servir en la iglesia no es malo mientras me congregue.
• Si nadie me ve pecar no trae consecuencias reales a mi vida.
• No debo confrontar el pecado de un hermano porque yo no soy el pastor.

Entre otras tantas mentiras que a diario pueden llegarnos a nuestra mente.

Seremos el blanco de mentiras mientras vivamos

Martin Lutero dijo algo que se aplica cabalmente a nuestra conversación: “Usted no puede impedir que los pájaros vuelen encima de su cabeza, pero puede impedir que hagan un nido en su cabello”. Y hablando de pájaros creo que la gran mayoría de los que leen esta nota conocen la red social de microblogging llamada Twitter ¿verdad? Consiste en millones de micromensajes de 140 caracteres que recorren el mundo a través de la internet. Imagina por un momento que tu cabeza recibe esos micromensajes todo el tiempo, y los que escriben esos mensajes son tus tres principales enemigos: el mundo, Satanás y tu pecado. ¿Qué harás con esos mensajes? ¿Los guardarás en tus favoritos o los eliminarás inmediatamente? Cuando pecamos es porque hemos leído ese mensaje, lo hemos considerado, no lo borramos, luego lo guardamos en favoritos, pero sin que “nadie” nos vea, y luego lo obedecemos. Eso es pecado.

Ahora, ¿quieres ver como se presentan las mentiras en vivo y en directo? Ven conmigo a la Palabra de Dios, vayamos al momento donde Cristo, el Hijo de Dios, se encuentra en el desierto, en sus 40 días de ayuno antes de comenzar su ministerio. Luego vemos a Satanás que trae sus mensajes para Cristo, sus mentiras y tentaciones. Veamos como Cristo responde a sus mentiras correctamente con la Palabra de Dios.

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Pero El respondiendo, dijo: Escrito está: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Entonces el diablo le llevó* a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo*: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está:

“A sus ángeles te encomendará”, y: “En las manos te llevarán,
no sea que tu pie tropiece en piedra.”

Jesús le dijo: También está escrito: “No tentaras al Señor tu Dios.” Otra vez el diablo le llevó* a un monte muy alto, y le mostró* todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras. Entonces Jesús le dijo*: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: “Al Señor tu Dios adoraras, y solo a El serviras.” El diablo entonces le dejó*; y he aquí, ángeles vinieron y le servían. Mateo 4:1-11

Tu y yo no podemos evitar que las mentiras del pecado lleguen cada día y cada momento a nuestra mente, pero ¿sabes que? ¡No debes ignorar que llegarán! Como Pablo en 2 Co. 2:11 escribe: “para que Satanás no tome ventaja sobre nosotros, pues no ignoramos sus planes”. Y ese es el propósito de este escrito: decirte que las mentiras están llegando, algunas están entrando a tu mente ahora mismo, y hay una larga cola de mentiras esperando para llegar a lo largo de este día y los días siguientes. ¿Qué harás?

Batalla imitando a Cristo

Haz como Cristo, aférrate a las Escrituras, toma la verdad de las Escrituras interpretadas correctamente y en su contexto, y úsalas como un escudo para contrarrestar las mentiras de tus enemigos. Déjame decírtelo en el lenguaje de Pablo en la carta a los Efesios:

Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. […]

Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

Efesios 6:11-13, 16.

Filtra todo lo que piensas

¡No dejes que nada que no sea conforme a la verdad de Dios habite en tu mente! Un buen filtro que las Escrituras nos proveen se encuentra en Filipenses 4:8, te recomiendo encarecidamente que memorices este texto y lo lleves cada día como un escudo de defensa en tu pensamiento:

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.

Cuando un pájaro se posa sobre tu cabeza examínalo: ¿Es este un pensamiento verdadero? Corrobóralo con las Escrituras. ¿Es esto algo digno de Dios? ¿Es justo? ¿Es puro? ¿Es amable? ¿Merece honor esto que estoy pensando? Si los hermanos maduros de mi iglesia vieran lo que estoy pensando, ese pensamiento que está posando sus pies sobre mi cabeza ¿dirían que merece alabanza o elogio? Si el examen da negativo, sacude ese pájaro de tu cabeza y mándalo a volar, tú quieres agradar a Dios y no permitir pensamientos pecaminosos anidar en tu mente.

Déjame decirte algo más

No puedo evitarte que estos dardos vengan a ti, como no puedo evitar que lo hagan en mi vida, pero sí puedo como hermanos en Cristo, recordarte esta verdad, mostrarte cómo enfrentar las mentiras del pecado y animarte con la maravillosa verdad de la gracia de Dios para cuando falles. Sí, porque fallaremos, porque de este lado de la gloria no podemos vivir una santidad perfecta, pero sí una real que agrade a Dios. Una frase que he usado en otros artículos pero siempre me trae a memoria una gran verdad es una de Kevin DeYoung que dice: “Cuando de la santificación se trata, es más importante hacia dónde vas que dónde estás. La dirección importa más que la posición”.

Hay una gran diferencia en estar cada día luchando con el pecado y en ocasiones fallar, que entregarse directamente al pecado porque no hay una santidad perfecta.

¡Lucha contra el pecado! Y cuando falles recuerda estas maravillosas promesas de gracia para que te sostengan en el camino a la eternidad:

Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9

Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 1 Juan 2:1

Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino
conforme al Espíritu. Romanos 8:1

Que Dios nos ayude a estar firmes y preparados para hacer frente a las mentiras del pecado, no en nuestras fuerzas, sino en las que da el Espíritu Santo que mora en nosotros y con la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *