HUMILDAD

HUMILDAD

Domingo, 13 de octubre de 2013

La mayoría de las personas tienen un concepto de lo que es humildad totalmente errado y fuera de contexto. Si ven a una persona muy pobre y en necesidad lo llaman humilde y si ven a una persona que tiene mucho dinero lo llaman arrogante. En realidad, la humildad no tiene en nada que ver con la condición social o financiera de las personas.

Sin embargo, tenemos que reconocer que la humildad es necesaria e importante para nuestras vidas. La Biblia dice que, “…Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes” (1 Pedro 5:5) y también dice, “cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.” (Lucas 14:11)

Hoy, les quiero compartir algunos principios sobre la humildad:

1. La humildad empieza con un sentido de subordinación a Dios en Cristo.

Esto es lo que más difícil se le hace al ser humano. Nuestro sentido de independencia y auto-suficiencia nos hacer sentirnos orgullosos de que no tenemos que someternos a nadie. Sin embargo, Jesús dijo: “El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.” (Mateo 10:24) Si usted y yo no podemos sujetarnos a lo que Dios dice y establece en Su Palabra, créame no tenemos nada de humildes. “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios...” (1 Pedro 5:6)

2. La humildad no siente derecho a un mejor trato del que Jesús recibió.

Muchos cristianos NO queremos pasar por dificultades, momentos difíciles, pérdidas ni traiciones. Lo incongruente es que Jesús pasó por todo esto. Entonces, ¿por qué exigimos no pasar por lo que Él pasó? “…Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?” (Mateo 10:25) La mayoría de las veces, nuestras situaciones adversas son oportunidades que Dios nos da para depender más de Él y menos de nosotros.

3. La humildad no devuelve mal por mal.

Difícil exigencia para el ser humano. En mi tierra, decían que el que me la hace, me la paga. Esto, por supuesto, no es un principio bíblico. Ser humilde NO es igual a ser vengativo. También Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;…cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente. (1 Pedro 2:21-23)

4. La humildad sabe que es falible, y por lo tanto, considera la crítica y aprende de ella.

¡Que difícil es buscar consejo, pedir ayuda, consultar a otros en medio de nuestros problemas! Si así pensamos, quiero decirle que en nosotros NO hay humildad. “…El que obedece al consejo es sabio. (Proverbios 12:15)

5. La humildad es creer en el corazón y confesar con los labios que Dios decide cuando nos morimos y que Él gobierna todos nuestros logros.

La triste realidad del hombre es pensar que es dueño de su vida y de los dones y talentos que Dios le ha dado. Pensar así en nada demuestra humildad. La humildad es demostrada cuando reconocemos que TODO lo que somos y TODO lo que tenemos, proviene de Dios. ¡Él es el dueño de nuestras vidas! ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala. (Santiago 4:13-16)

Es importante que pasemos revista a nuestras vidas, pensamientos y acciones; si nos damos cuenta que en nada somos humildes; vayamos a la presencia de Dios y pidámosle que nos ayude a ser humildes y a parecernos al modelo de humildad por excelencia: ¡Jesús!

¡Dios te Bendiga!

Pastor Félix Cabrera (@PastorFelixC)