EL AMOR DE UN PADRE

Domingo, 19 de junio de 2016

Contrario a lo que pareciera ser la norma hoy en día, mi héroe y mi modelo a seguir no fue un deportista, ni un artista, ni algún personaje de la historia. El hombre que más respeto y admiro en esta vida es mi padre. Yo amo a mi padre profundamente. Es un hombre que ama a Dios, un hombre de integridad, y que siempre se esforzaba en demostrarnos que nos amaba, tanto con afecto pero también con disciplina. Cuando niño, me esforzaba en ser obediente y en no decepcionarlo, pero de vez en cuando y de cuando en vez no me comportaba como debía, y tenía que ser disciplinado por mis acciones.

Recuerdo que cuando le desobedecía teníamos una reunión en la sala de la casa, donde me señalaba lo que había hecho mal, me explicaba cómo lo sucedido afectaba nuestra relación, y me exponía el costo que tenía que pagar por mi desobediencia. Interesantemente, siempre terminaba diciendo: “tengo que disciplinarte y tienes que pagar el precio de lo que hiciste porque te amo”.

Verdadera paternidad

Reconozco que son muchos los que no tuvieron el privilegio de tener una figura paternal que les demostrara amor y afecto, ni mucho menos que los disciplinara. Lamentablemente, es muy posible que en la niñez de los que estén leyendo su padre haya estado ausente, se haya mostrado frío, o incluso haya llegado a maltratarles. Muchos de los que tuvieron estas experiencias tienen serios problemas en aceptar la autoridad de Dios como nuestro Padre, porque la imagen o recuerdo que tienen de un ”padre” es horrible. Lamentablemente, por esas experiencias pasadas su percepción de la figura de Dios como padre está totalmente distorsionada.

Debemos entender que Dios es un Padre que NUNCA abusa de Sus hijos. Sin embargo, el que Dios no abuse de Sus hijos, no significa que no nos discipline. Dios disciplina a aquellos que Él ama, porque su disciplina es una expresión de su amor. La Palabra lo dice de esta manera: “Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo”, Hebreos 12:5-6.

Entonces, como Sus hijos, debemos entender que la disciplina de Dios es una de sus muestras de amor. “El Señor corrige al que ama, como lo hace el padre con su hijo amado”, nos enseña Proverbios 3:12 (RVC).

Por favor entiende esto: si hemos sido adoptados como hijos de Dios, Él nos reprenderá, pero jamás nos rechazará. Él nos corregirá, pero nunca nos condenará. Seremos disciplinados, pero nunca despreciados. Es mi oración que no resistamos la corrección que Dios nos da por medio de Su Palabra, sino que la recibamos con humildad, reconociendo que lo hace porque nos ama.

¡Gracia y Paz de nuestro Señor Jesucristo!

Pastor Félix Cabrera (@PastorFelixC)

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *