MENTIRAS

MENTIRAS

Domingo, 8 de junio de 2014

La semana pasada, Denisse y yo le dijimos a nuestras hijas que recogieran sus cuartos rápido para que pudiéramos ir a la piscina. Ellas de inmediato se prepararon y regresaron a la sala en minutos. Denisse les pregunta: “¿Recogieron sus cuartos?” Ellas al unísono contestaron: “¡Si!” Cuando vamos al cuarto, todo parecía en orden pero nos parecía que fue muy rápido, es entonces cuando miramos debajo de las camas y encontramos que todo lo habían colocado debajo de ellas. ¡Nos mintieron! ¡NO recogieron! Obviamente las disciplinamos y no fueron a la piscina pero me quede pensando en un detalle; ellas al igual que yo, muchas veces cuando estamos en una encrucijada preferimos mentir y salir del paso con tal de obtener gratificación inmediata.

Escuche a un pastor decir una vez que decir mentiras es el pasatiempo de las personas. Mark Twain dijo en una ocasión: “Un hombre no es nunca más veraz que cuando reconoce que es un mentiroso.” ¿Cuántos de nosotros no tendemos de vez en cuando y de cuando en vez decir una “mentirita blanca” o de exagerar las cosas para vernos bien?

Sin embargo, es  importante  entender que Dios odia la mentira. En Proverbios 20:6 dice: “Seis  cosas  aborrece  Jehová,  y aun  siete abomina  su  alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.

Debemos estar conscientes que en nuestra naturaleza pecaminosa nos es muy fácil mentir para salir de apuros, para vernos bien, para impresionar o para afectar a otros pero debemos recordar que al hacerlo estamos pecando y no es muestra de que hemos sido transformados. Pablo nos recuerda que las mentiras son manifestaciones del viejo hombre que debemos desechar.

No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos.” Colosenses 3:9

El mismo Jesús nos dejó ejemplo de que no debemos hablar mentira. Pedro lo describió así: “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca.” 1 Pedro 2:22

Jesús no sólo lo modelo sino que también nos ordenó a que seamos íntegros en nuestras palabras. “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.” Mateo 5:37

Por lo tanto, como cristianos debemos evitar la mentira y los falsos testimonios, debemos orar para ser guardados de ella y debemos rechazar a aquellos que practican y se deleitan en mentir. Los chismes, murmuración y otros pecados de la lengua nunca deben ser tolerados en la Iglesia y no serán tolerados en la nuestra.

¡Gracia y Paz!

Pastor Félix Cabrera (@PastorFelixC)