EL GRAN INTERCAMBIO

EL GRAN INTERCAMBIO

Domingo, 5 de enero de 2014

Juan el Bautista, el primer testigo, dejo algo bien claro: “Jesús vino a la Tierra para ser más que una Revelación sino para ofrecer Redención. Él vino para liberarnos del pecado, para pagar la deuda que nunca podríamos pagar.”

Cuando Juan el Bautista comenzó a predicar sobre el arrepentimiento y el bautismo, fueron muchos los que pensaron que él era el Cristo. Muchos fueron a preguntarle si él era el esperado pero Juan aclaró que vendría uno que era mayor que él. (Juan 1:19-28)

Cuando Jesús llega a la escena, Juan dice:

He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” Juan 1:29

Desde el principio, Juan el Bautista quería que entendiésemos que Jesús vino a morir como un sacrificio, un sustituto por nuestros pecados. Él es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

El Antiguo Testamento está lleno de imágenes de un cordero como sacrificio por los pecados:

1) Holocausto ofrecido diariamente en el Templo. (Éxodo 29)
2) El Mesías, Siervo Sufriente como un cordero. (Isaías 53)
3) El Cordero de la Pascua. (Éxodo 12)

El Nuevo Testamento enseña que Jesús murió en la cruz como un sacrificio, un sustituto por nuestros pecados, como un cordero perfecto.

1) Pablo – 1 Corintios 5:7
2) Pedro – 1 Pedro 1:18-19
3) Juan – El Evangelio según San Juan nos muestra un sinnúmero de alusiones al cordero de la Pascua.

Jesús vino a morir como un sacrificio, un sustituto por nuestros pecados. Él es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

En el himno latino antiguo, “O Sagrada Cabeza Ahora Herida” de Bernardo de Claraval dice en una de sus partes: “Lo que Tú, mi Señor has sufrido fue todo a favor de los pecadores; mía fue la transgresión y Tuyo el dolor mortal.”

Jesús vino a morir como un sacrificio, un sustituto por nuestros pecados. Él es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

Esto nos lleva a la mesa del Señor. El pan representa su cuerpo quebrantado; la copa representa la sangre derramada.

Cuando usted come el pan y bebe esta copa, está declarando una verdad sagrada. Es la verdad central del cristianismo bíblico — Jesús murió en la Cruz — No sólo eso, la verdad es más específica — Jesús murió en la Cruz por mí, Él murió para quitar nuestros pecados, mis pecados.

En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.”

Efesios 1:7

Cuando usted come el pan y bebe esta copa, está haciendo una declaración pública de su fe más profunda — dependo y recibo el cuerpo quebrantado y la sangre derramada de Jesús como el sacrificio absoluto suficiente por mis pecados. ¡Él es el Cordero de Dios que quita mis pecados!

Martín Lutero llamó a lo que pasó en la Cruz del Calvario como el Gran Intercambio. Concluimos con una de sus contundentes declaraciones:

Señor Jesús. Tú eres mi justicia así como yo soy tu pecado. Has tomado sobre Ti todo lo que soy y me has dado y cubierto con todo lo que Tú eres. Tomaste sobre Ti lo que Tú no eres y me diste lo que yo no soy.”

¡Dios te Bendiga!

Pastor Hance Dilbeck (@PastorHance) & Pastor Félix Cabrera (@PastorFelixC)