LA VERDADERA CRISIS

LA VERDADERA CRISIS

Domingo, 19 de enero de 2014

Mi padre una vez me dijo que la mayor crisis del ser humano surge cuando se da cuenta que NO es lo que pensaba.

Pedro, uno de los discípulos de Jesús, tenía un alto concepto de si mismo. Pensaba de si con arrogancia y miraba a los demás discípulos como inferiores.

Jesús camino a ser entregado le había advertido a Pedro que su fe iba a ser probada. Pedro le contesta: “Yo estoy dispuesto a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.” Sin embargo, cuando Jesús es arrestado y confrontan a Pedro, señalándolo como uno de sus seguidores y la respuesta de Pedro es negar a Jesús; tal y como Jesús se lo había advertido. (Lucas 22:54-61)

No obstante, cuando Pedro recordó la advertencia que Jesús le había hecho y se dio cuenta que le había fallado, el versículo 62 dice que “lloró amargamente.”

¿Quién era Pedro?

• Uno de los primeros discípulos.
• El que lo reconoció como el Cristo.
• Aquel que se atrevió a andar en el agua porque confió en Jesús.
El que le prometió a Jesús que nunca lo dejaría.

-Mateo 26:33
-Marcos 14:29
-Marcos 14:31
-Lucas 22:33
-Juan 13:37

Ese Pedro que servía junto al Maestro; no solo se apartó de Jesús, sino que lo negó, no una ni dos sino tres veces.

¿Por qué hablar de Pedro? ¿Por qué hablar de lo que le sucedió?

Porque Pedro se parece a nosotros. Muchos de los que estamos leyendo estas líneas, tenemos un concepto errado de nosotros mismos. Quizás algunos de los que estamos aquí, sabemos lo que quizás experimentó Pedro, cuando dice el texto en Lucas, que hemos salido afuera y hemos llorado amargamente por hacer, decir, actuar y/o pensar como no debimos.

¿Lo positivo? La historia de Pedro, la vida de Pedro y el ministerio de Pedro, NO terminó en ese suceso. Ese suceso, por el contrario, sirvió para el nuevo comienzo de Pedro.

¿Cómo? ¡Sí! No sabemos a ciencia cierta más de Pedro luego de ese suceso hasta que en Juan 21:1-19, encontramos a Pedro pero ahora pescando, así que en su decepción, dolor y angustia, regresó a hacer lo que hacía antes: PESCAR.

¿Por qué? No hay que ser eruditos en materia de conducta humana para saber que debió haber caído en una profunda depresión y pensó: “mejor hago lo que antes hacía, estoy descartado…” Cuando se dio cuenta que no era “tan tan” como él creía, entró en una depresión, en culpa, quizás se sentía desechado… allí en medio de su dolor, ¡algo sucedió!

Jesús consciente del estado de Pedro, fue y lo visitó, le amó, le dio una oportunidad y lo encomendó nuevamente al camino, le dijo: SIGUEME; ya no a tú manera, ahora será a la mía. (Juan 21:18)

Lo mismo nos dice el Señor Jesús hoy: ¿Me amas?

Entonces quiero verte en el mismo lugar en donde estabas, en el ministerio donde me servías, allí en donde me glorificabas. Cierra la puerta del pasado, hoy te doy una cuenta nueva… Hoy, tienes una nueva oportunidad. Ya NO eres lo que creías ser, ahora eres quien YO digo que eres.

¡Dios te Bendiga!

Pastor Félix Cabrera (@PastorFelixC)