CORDURA

CORDURA

Domingo, 27 de abril de 2014

Uno de los grandes problemas de muchos cristianos es el concepto que tenemos de nosotros mismos. Algunos le damos mucho valor y fuerza a nuestras ideas, a nuestros puntos de vistas, a nuestra valorización de las cosas y a nuestras opiniones. Esto es lamentable porque muchas veces nuestro enfoque ha sido influenciado por nuestra cultura o nuestras experiencias.

Como cristianos, creo que todos debemos aplicar lo que Pablo nos exhorta:

Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” Romanos 12:3

Pablo comienza diciendo: “por la gracia que me es dada.” En otras palabras Pablo dice: “yo he sido llamado apóstol de Jesucristo NO por nada que yo haya hecho, no por mis méritos personales y logros; sino por el favor inmerecido que Dios tuvo conmigo.”

Reconociendo quien era él y de dónde provenía lo que tenía y sabía, entonces nos exhorta a pensar de nosotros con cordura, o sea que hagamos un juicio justo, honesto y acertado de quienes somos. Es un llamado a vernos como Dios nos ve, NO como nosotros queremos vernos a nosotros mismos. Nos dice: “quiero llamar su atención a que consideren el tema de la humildad como un elemento esencial e importante en nuestras vidas. Cuidado con pensar que somos mejores que los demás.”

Pablo le decía a los Romanos pero también te dice a ti y a mi: “conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

Esto es importante que lo entendamos, Dios es el que entrega según Su soberanía y sabiduría los dones a cada cristiano. Me explico, todo cristiano tiene un lugar especial e importante en el cuerpo de Cristo; algunos tienen un don diferente a otros pero esos dones NO provienen de nosotros sino que son dados por el Padre para beneficio de TODO el cuerpo.

Lo que sé, lo que tengo, lo que he logrado y lo que hago, en NADA se debe a mis habilidades personales, a mi capacidad o a mis oportunidades; se debe a la GRACIA que Dios ha querido tener conmigo. Porque con “todo” lo que sé, con mis habilidades personales, con mi capacidad y con mis oportunidades lo que hice con mi vida fue echarla a perder. ¡Qué hubiera sido de mi si Él no hubiera llegado a mi rescate!

¿Y que tal tú? ¿Dónde estarías si Dios no hubiera llegado a tiempo a tú vida?

Creo que cada vez que pensemos desproporcionadamente de nosotros mismos, debemos recordar las palabras de Burk Parsons: “Un legalista sólo habla sobre los pecados de los demás. Un cristiano principalmente habla sobre los suyos.”

¡Gracia y Paz de nuestro Señor Jesucristo!

Pastor Félix Cabrera (@PastorFelixC)